Porque cada uno de nosotros merecemos al menos en la vida un día especial, extraordinario y particular. Que suenen los tambores y los vientos, las cuerdas y los coros; que lleguen los globos y los presentes; que brillen los carteles y las pancartas; y muy especialmente, que no falte ni uno de los amigos (esos personajes que permiten que nosotros nos permitamos sentirnos completos), para que ese día especial se transforme en inolvidable por el resto de nuestras vidas.-
Este fue un trabajo surgido de un encargue para un cumpleños de hace algunos años atrás.
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